Oh, glorioso Apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, en este momento de profunda tristeza y despedida, recurrimos a ti con el corazón dolido pero lleno de fe.

Hoy, decimos adiós a nuestra amada madre, Norma, un alma bondadosa que nos enseñó el verdadero significado del amor, la generosidad y la fortaleza. Ella fue una luz en nuestras vidas, y su partida deja un vacío inmenso.

Te suplicamos, San Judas Tadeo, intercede ante nuestro Señor Jesucristo para que reciba a nuestra madre en Su Reino de paz y luz eterna. Que su paso de esta vida terrenal a la Gloria Divina esté lleno de serenidad y consuelo.

Ayúdanos a nosotros, que quedamos aquí en la tierra, a encontrar la resignación y la esperanza en medio del dolor. Que el recuerdo de su sonrisa carismática, su corazón inmenso y su conexión profunda con la naturaleza nos sirva de inspiración para seguir adelante con la misma bondad que ella nos legó.

Que, por tu intercesión, San Judas Tadeo, la fe ilumine nuestro camino y nos dé la certeza de que el amor es más fuerte que la muerte y que un día nos reuniremos con ella en la Patria Celestial.

Amén.